Naufragio de la esperanza

La noche, ese refugio, ese bastión de los sueños al que se amparaban los románticos. La noche era un puente hacia el más allá, hacia la vida eterna que nos espera en la muerte con los seres amados.


En la naturaleza se encontraba la esperanza en la vida eterna. Caspar David Friedrich nos invitaba a contemplar esta naturaleza en sus paisajes. Utilizaba para ello dos planos (no sé si la terminología es correcta), con frecuencia aparece alguna figura contemplando un paisaje sereno y reposado. Esa contemplación, esa meditación es casi mística, es casi un acto de fe. Solo una persona en la cima de una montaña puede llegar a sentir que forma parte de la energía del cosmos.


La religiosidad está muy unida a la naturaleza y al interioridad que se busca en ella. Friedrich llenaba esta naturaleza de simbolismos religiosos y nacionales, de símbolos de muerte y esperanza.
Lo dejó gusito a las

El Baño Turco

1. Bañista de Valpinçon: Las imágenes que siempre ha reproducido son las protagonistas de la escena. En primer plano, su Bañista de Valpinçon

2. Madeleine: Lo recoge de un boceto que realizó antes de su mujer, Madeleine. Representa su belleza personal, particular.

3. Bodegón: En primer plano un bodegón sencillo, con unas tazas y una tetera en una mesa baja.

4. Erotismo: El cuadro irradia erotismo y sensualidad, sin embargo no fue muy criticado en su momento. Ingres representa a multitud de mujeres desnudas en un entorno oriental, reforzando el carácter sensual y exótico.

5. Ingres: El pintor nunca viajó a zonas como África u Oriente, algo que se nota cuando pinta a sus personajes más blancos de lo que sería lo habitual. Le gustaba representar lo erótico, los cuerpos de las mujeres desnudas, para lo cual usa la corriente del momento: el orientalismo.

6. Cerradura: Aunque concebido como rectangular, poco después Ingres lo reformateó para darle concepto como de ojo de cerradura. Así, podría significar una mirada de reojo, acentuando más el erotismo de lo que se ve.